Esta historia te la voy a contar sólo para que aprendas a confiar en la vida.
Yo nunca escogí ser artista. Yo estudié Derecho en mi país Venezuela y cuando me vine a España, como tenía que hacer la revalida me sinceré conmigo misma y elegí hacer lo que yo pensaba que quería: "dedicarme al mundo de la moda".
Así fue como estudié aquí un grado en moda e ilustración. Allí descubrí la ilustración y ella empezó a enamorarme. Recuerdo que me quedaba horas extras en esas clases de lo que me gustaba.
Terminé la carrera y empecé a emprender con una marca de blusas bordadas preciosas y... también ilustraciones. Se llamaba "Art-Couture". El arte se había colado en mi vida pero yo no le veía gracia porque mi mente me decía "¿tú, artista, por favor... además te irás a morir de hambre" y entonces insistía yo con el tema ropa.
Total que a los meses de emprender, viene mi divorcio sin yo esperarlo (sí, era toda una señora casada jeje) y allí se rompieron todos mis esquemas, planes, sueños y sobretodo quien yo creía ser.
Me sumergí en una profuuunda depresión, tuve que buscar trabajo de secretaria y abandonar el emprendimiento. Estaba rota. Dinero tampoco tenía, por eso lo de secretaria y esto no lo digo porque ese trabajo me quitara dignidad, porque no se me caen los anillos, era por todo el contexto: de abogada, casada, emprendedora, tal... a secretaria, divorciada, quebrada y con el autoestima en el piso.
Y allí: EMPECÉ A PINTAR.
Los findes solo pintaba y oía música y lloraba obviamente mares... Fui poco a poco poniendo en Instagram lo que iba haciendo y, Dios trajo clientes sin yo pensarlo. Muchos. Y grandes. Gente que creía en mí sin yo hacerlo...
Termino contándote una anécdota que nunca olvidaré. Yo tuve que cubrir los gastos íntegros del divorcio e iba muy justa de dinero... Esa noche después de orar, le pedí ayuda a Dios y al día siguiente me contactó una persona por email pidiéndome un retrato.
Yo, en medio de mi desespero económico, le puse en el presupuesto el precio de mi divorcio a aquella pintura.... y así fue como lo pagué.
Y es que así es Dios cuando te da los dones y las virtudes. En su amor te va dirigiendo para que los descubras. Dios es tan bueno, tan dulce, tan misericordioso.
Que sólo quería contártelo por si estas en un momento así: CONFÍAAAAA.
Te lo juro que todo pasa por algo, aunque ahora no lo entiendas.